29 ago 2016

Camino de Santiago del Norte en bici

Poco después de hacer el Camino Francés en bici, allá por el 2004, ya empecé a interesarme por el Camino del Norte. Este verano, aun con dudas debido a las dos operaciones que he tenido el último año, se alinearon todos los astros, desempolvé mi vieja mountain bike, y decidí ir a intentarlo.

Poco voy a explicar sobre el camino. El camino es el camino, cada uno va por diferentes motivos y lo vive de manera diferente. Yo estoy encantado de haber decidido ir, y mucho más de como ha respondido mi cuerpo. Ahora puedo decir que tanto la pierna como las cervicales están totalmente recuperadas. Han sido unos fantásticos 14 dias, más de 800kms, unos 16000 metros de desnivel positivo, otros tantos negativos, miles de momentos únicos con gente de un montón de paises, y miles de preciosos momentos solo.

Aquí incluyo las fotos que he ido colgando en instagram, y algunas más. No han quedado del todo bien, ya que he perdido el acceso que tenía a Photoshop y a partir de ahora usaré Gimp como editor gráfico, he querido aplicarle a las fotos el mismo filtro que les apliqué cuando las posteaba en instagram, y además las fotos están prácticamente todas hechas con mi viejo Samsung S2. De todos modos, a mi ya me valen como recuerdo visual de este camino, que es tan físicamente duro como bello.

Gracias a todos los que me habeis ido animando desde la distancia, y también a los que me han dejado compartir algunos ratos de su camino.

Solo espero que no pasen otros 12 años para intentar un nuevo Camino de Santiago!

Edito para incluir un enlace al foro bicigrino donde creé un hilo para pedir consejo, Camino del Norte inminente y un poco a lo loco. Los compañeros del foro me dieron buenos consejos y ánimos, y al final hay alguna reflexión mia después de haber acabado.















































































19 ago 2016

Vía normal al Midi d'Ossau

Aunque no llega a los tres mil metros, el Midi d'Ossau (2884m) quizás sea la montaña más fácilmente identificable de todos los Pirineos. Además es una montaña solitaria y con una caprichosa silueta con dos puntas, por lo que se divisa y distingue desde muy, muy lejos.

Este verano teníamos unos dias para los que no habíamos planeado nada en particular. Fue Gigi quien propuso ir mirando la previsión del tiempo en la zona del Midi e intentarlo si daban bueno. Dicho y hecho, una tarde cogimos los arneses, los reversos, una cuerda de 50m y los cascos, y pasamos a Francia por el paso del Portalet, para dormir en la furgo en el parking de Anéou.

Como de costumbre, nos pusimos en marcha prontito, incluso hicimos parte de la aproximación, que no tiene pérdida si le has echado un vistazo el día anterior, de noche. Cuando llegamos al collado de Souzon ya había gente delante nuestro, pero nada comparado con las multitudes que dicen que hay durante los fines de semana. Por suerte para nosotros, era viernes.

Un par de grupos de franceses iban encordados, y algunos de sus miembros no parecían tener ninguna experiencia en escalada. Esto, y el hecho de que nosotros no vimos la necesidad de encordarnos, hizo que aun subiendo la primera y la segunda chimeneas con toda tranquilidad, nos pusimos por delante de ellos. A veces me preocupa ir detras de gente porque es fácil que caigan piedras, especialmente si van encordados.

La tercera chimenea tampoco la vimos como para encordarse, así que la fuimos negociando y disfrutando hasta llegar a la cruz del Portillón, donde acaban las dificultades. A partir de aqui entramos en lo que se llama el Rein de Pombie, una pedregosa ladera que nos lleva hasta la cresta, pasando primero por la Punta de Francia (2881m) y luego a la Punta de España (2884m).

Estuvimos un buen rato en la cima, ya que al ser un pico tan solitario tiene unas vistas excelentes, sin embargo hacia bastante aire, por lo que decidimos ir a comer el bocata a la Punta de Francia, donde su cara Este quedaba totalmente resguardada del aire.

No teníamos prisa para bajar, además casi no había gente y no debería haber atascos ni colas para destrepar o rapelar las chimeneas, así que nos apalancamos un buen rato y luego tranquilamente empezamos a bajar en busca de la cruz del Portillón. Esta cruz es fundamental para seguir la ruta normal en el descenso. No encontrarla significaría salirse del itinerario y acabar, casi con toda certeza, en algún marrón importante.

La primera chimenea (de bajada pero tercera y última de subida) se puede destrepar, sin embargo como llevábamos los arneses puestos consideramos que sería más seguro rapelar. Esta chimenea la bajamos en dos rapeles, y las instalaciones son de parabolts inoxidables. Lo mismo hicimos en las otras dos chimeneas que, aunque más cortas, son más verticales que la primera. Como leí en alguno de los blogs que consulté antes de ir al Midi d'Ossau, los cementerios estan llenos de valientes, así que Gigi y yo no dudamos en rapelar las tres.

Tras el último rapel, recogimos la cuerda y los trastos, y aún tuvimos tiempo para hacer más fotos. Yo aproveché para hacerme un selfie y renovar la foto de perfil de Facebook, que ya tenía tres añazos! Y también le hicimos algunas fotillos a los animales que salían a nuestro paso.

Bonita ascensión en un día espléndido, y a una montaña que hacía muchísimos años que quería intentar. De hecho, cuando pasé por aquí hace unos 30 años mientras haciamos la Transpirenaica, dormimos haciendo un bivouac al lado del refugio de Pombie, y recuerdo cerrar los ojos mirando el cielo y viendo la silueta del Midi d'Ossau. Gracias Gigi!