28 ago 2011

Cresta inferior de Llosás


Sólo tres semanas después del primer intento a la cresta de Llosás nos encontrábamos Miguel y yo en el autobús 4x4 subiendo por el valle de Vallibierna. Sensaciones algo extrañas, ya que nunca había vuelto a intentar una montaña en tan poco espacio de tiempo, pero allí estábamos!

La aproximación hasta el primer lago de Coronas incluso me pareció corta, quizá porque fue divertido adelantar un grupo que iba a todo trapo pero tenía que ir parando porque algunos miembros no podian seguir el ritmo. En una de esas paradas, cuando pasé por su lado con ese ritmo diesel a pocas revoluciones que me caracteriza, una chica dijo pues yo me voy con él!. Yo me partía de la risa, y pronto ví como su novio se enganchó detras de ella, hasta que consiguió convencerla de que se quedara con el grupo.

En lugar de plantar la tienda en el vivac que hay justo en la desembocadura del lago, donde habíamos experimentado que el aire se encañona, esta vez subimos a otro que hay en la loma de la derecha.

A la mañana siguiente nos roneamos un poco, cosa que como mas tarde vereis íbamos a pagar. Sin sorpresas, ya que lo habíamos hecho tres semanas antes, subimos hasta justo antes de la brecha inferior de Llosás y por el flanco izquierdo de la cresta progresamos hasta la cima del Argarot. Un destrepe algo delicado nos dejó en la brecha justo antes de la Aguja Tchihatcheff. Bajamos 3 o 4 metros hacia la vertiente de Coronas para después ir a buscar la cresta. El terreno es algo descompuesto y decidimos montar una reunión para asegurar los pasos superiores por una placa tumbada con unas fisuras que hay que reseguir. Tras la placa hay una corta chimenea y sin mas dificultad llegamos a la cumbre del segundo tres mil del día.
Para descender de la Aguja Tchihatcheff hicimos un rapel de casi 40 metros y mucho ambiente que nos dejó en la siguiente brecha.

Desde aqui atacamos la Aguja Franqueville también por la izquierda de la cresta para después ir a ganar el filo sin complicaciones y plantarnos en el tercer tres mil de la jornada.

A partir de aqui la cresta desciende ligeramente para seguir practicamente horizontal durante un buen tramo, sin embargo se trata de un tramo bastante atlético que no da mucha tregua para descansar. Al final de este tramo un corto rapel nos deja prácticamente en la brecha superior de Llosás y estoy seguro que aquí es donde para la mayoría de gente a descansar y comer algo.

Miramos la hora e inmediatamente vimos que si queríamos hacer la parte superior hasta el Aneto teníamos que ir zumbando para no perder el último autobús de bajada, que desafortunadamente es a la temprana hora de las 6pm. Calculamos que íbamos una hora tarde (en parte por el roneo matutino?). Hubo un momento de duda, pero esta situación ya la habíamos contemplado porque la parte superior se puede atacar independientemente de la inferior y además haber hecho la parte inferior había sido un disfrute total en un entorno de lujo. Así, decidimos ladear por la vertiente de Llosás hasta la brecha inferior y pasar a Coronas. La parte superior queda para otra visita a Vallibierna, pero pasarán mas de tres semanas antes de que volvamos!

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